viernes, 29 de enero de 2010

Querido Lauro

Dr. Lauro Estrada Inda

Querido Lauro:

Por fin tuve el tiempo para leer tu libro, que tan amablemente me enviaste, y que se llama “Transformación de la Familia: Los nuevos esquemas de integración dentro de una sociedad más abierta”, publicado en 2009 por Ediciones B México. De entrada, me quito el sombrero ante tu experiencia de muchos años, tanto de estudiar a las familias, como de tratarlas como pacientes grupales, como de enseñar acerca de esta célula social en toda clase de escenarios.

Veo que sigues con el método que aprendimos desde la Facultad de Medicina, haciendo los argumentos y las explicaciones a partir de la descripción de casos reales, de manera que el lector pueda darse cuenta de que no se trata de formulaciones abstractas que se quedan en el aire, sino que estás abordando la vida y los problemas que van haciendo, de las familias, unidades sociales en movimiento, cambiando con la dinámica que les imprime y les demanda un mundo llevado en vilo por el viento fuerte de cambios cada vez más rápidos.

Así abordas la temática de tu libro, describiendo algunas de estas situaciones cambiantes con los casos que citas, para después explicarlos, entenderlos y regresar a ponerlos en términos teóricos, viendo las modificaciones de forma, de función, de relaciones recíprocas y de cambios de roles que, finalmente, inciden en modelos, ejemplos, figuras de identificación, por una parte, y en la seguridad básica, capacidad para crecer, creación de autonomía e identidad y otras característica que la familia va ofreciendo a la siguiente generación, que ya no vivirá con las mismas estructuras sino que tendrá qué enfrentarse con modos y maneras de vivir que son nuevas, y con problemas que tendrá qué resolver con herramientas también nuevas.

Como ejemplo, describes “un superyó gigantesco que se llama Internet”, refiriéndote a las maneras como este escenario electrónico demanda la atención de los usuarios, les plantea reglas reales para su utilización y, de hecho, castiga las transgresiones a sus normas. Sin embargo, el Internet ofrece también la comunicación instantánea, una cantidad de información casi infinita, y un mundo de posibilidades de estimulación para cada ser humano que se conecta a este foro, de manera que va siendo, primero, un desafío para quien quiere aprender a transitar en él, luego el aprendizaje lleva a descubrir una cantidad abrumadora de información, y sigue con la invitación a que el usuario, a su vez, comunique a los cuatro vientos sus mensajes, imágenes, fantasías, realidades y búsquedas, de manera que un solo ejemplo de lo que el mundo cambiante ofrece es, al mismo tiempo un trompo que gira y ofrece muchas facetas al ser humano.

Pero tú no te amilanas. Con tu habitual calma de viejo maestro, abordas los hilos de lo importante que es la familia para quien forma parte de ella, y no dejas que se pierdan ni te declaras derrotado. Sí, efectivamente la familia se va transformando de tal manera que los roles de cada uno de sus integrantes puede ir cambiando, ya no de generación en generación, sino de un año a otro, o más rápido si sobrevienen, por ejemplo, crisis que obligan a que la mujer sea la proveedora y el hombre el cuidador de los hijos. O cambia en poco tiempo el armazón del gobierno, o suceden fenómenos naturales que obligan a la migración o a la ampliación de cuántos caen bajo la responsabilidad de una familia. Y aunque citas a Lin Yutang para recordar que a veces parecemos huérfanos, víctimas de cambios de nos rebasan en nuestras capacidades adaptativas, ya has apuntado hacia los remedios que vamos desarrollando para reinventarnos en poco tiempo.

Siento que te acompaño a lo largo de tus páginas y a lo ancho de tus horizontes de ideas, pues ya llevamos muchos años de transitar juntos por los caminos de la escucha, del análisis, de la exploración de la historia y de hacer cosas que desatoran la capacidad de nuestros pacientes—individuos, parejas, familias, grupos—para inventar y desarrollar sus propias soluciones a los retos que la vida les plantea. Sin embargo, eres más capaz de explicar tus ideas y de describir tus imágenes para un público amplio, tánto que casi te escucho decir los párrafos como si estuvíéramos platicando.

A medida que pasa el tiempo, nos seguiremos encontrando con más transformaciones en la estructura y en las modalidades de funcionamiento de las familias que llegan a consultarnos. Seguramente tendremos más familias incompletas y reconstruidas, o familias de parejas homosexuales, o familias de padres adoptivos, o mezclas raciales, religiosas o culturales. Todas estas variantes seguirán determinando la necesidad de trabajar en el análisis de los cambios que representan, la percepción que tienen de sus necesidades y los elementos que les permitirán resolver las incógnitas.

Sin embargo, y medio siglo después de iniciada la marcha, sigue siendo fascinante poder aprender cosas nuevas junto con nuestros pacientes.

Gracias, Lauro, te envío el abrazo de siempre.

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