HOMOFRAGILIS: UN LLAMADO A LA ACCION
Antecedentes
Desde hace ya varios años, un pequeño grupo
interdisciplinario se ha dedicado al estudio de la persona en nuestra sociedad.
La motivación del grupo ha sido la percepción del ser humano como una persona
sin armas frente al monstruo del progreso, convertido en una víctima, a veces
de los elementos de la naturaleza, a veces de quienes poseen dinero, el poder,
la información o los elementos de violencia. La conclusión es que el hombre es
de por sí un ser frágil, que no tiene mayor defensa que sus capacidades, por lo
que dependerá de él si las desarrolla o no. Víctor Montiel lo expresa de este
modo:
¿Quién es el hombre frágil de
nuestro tiempo?
Es quien se enfrenta a la globalización
no estando preparado para ella.
Es a quien se le presentan los
retos cuya visión limitada no le permite resolver.
Es quien deja a los demás la
respuesta, independientemente de que le sea conveniente o no.
Es a quien la mediocridad limita
y retroalimenta el círculo vicioso que le impide avanzar.
Es a quien la falta de
información y de interés por ella, lo convierte en indeciso y escaso de
identidad.
Es quien proyecta su ignorancia a
través de la impulsividad.
Es quien a pesar de tener
opciones no quiere verlas, por múltiples factores,
los cuales van desde la
ignorancia provocada o intencional, la apatía, la comodidad,
el sometimiento, la falta de
interés por los demás…
Deja su capacidad de decisión a
otros.
Es quien se deja manipular por lo
que le es más sencillo de entender.
Es quien no conoce su pasado y
quien difícilmente puede ver el futuro a largo plazo,
es el impaciente que busca
beneficios prontos pero efímeros.
En México, atravesamos por una
severa crisis de hombres frágiles,
desgraciadamente, no por su
escasez, sino porque cada día son más quienes convierten al país
en una sociedad vulnerable frente
a quienes intentan manipular sus ideas.
Hemos permitido que cambie
nuestra forma de pensar tanto
como a los intereses de otros
convienen; mientras la mayoría piense de tal o cual forma
y lo exprese así, mientras no
tengamos la conciencia de lo que somos
ni todas las visiones de un mismo
tópico, carecemos de identidad.
Y defenderla es nuestra mayor
fortaleza.
Desconocemos el placer de
discutir un tema con conciencia,
de poseer elementos para
convencer sin fanatismos.
En cambio, al que piensa
diferente a nosotros lo consideramos contrario,
y con los contrarios no se
discute, se impone o se intenta someter.
La información es nuestra arma;
la tolerancia y la apertura a
nuevas ideas, nuestra mejor estrategia para utilizarla;
defender nuestros ideales de
justicia social o inclusive cambiar de opinión
hacia lo que es mejor para la
mayoría con el fin de alcanzarlos,
la batalla ganada.
Durante estos años, las
reuniones del grupo interdisciplinario ha estudiado esta situación del hombre
frágil, llegando a las conclusiones siguientes:
1.
El
ser humano en nuestro país tiende a perder de vista su responsabilidad
individual por su propia persona; se limita a responder a las demandas que se
presentan hacia la colectividad por parte de gobernantes y de los instrumentos
de la mercadotecnia, de tal manera que considera en grandes núcleos que su vida
está determinada por decisiones de otros.
2.
Las
acciones del gobierno o de organizaciones altruistas plantean la perpetuación
de esta dependencia colectiva, contribuyendo a ocultar la posibilidad que
tienen los seres humanos de adquirir una personalidad definida o de evolucionar
hacia tener la calidad de seres autónomos con un plan de vida propio.
3.
Tanto
los movimientos políticos como los planteamientos empresariales están
orientados a la captación y sojuzgamiento moral de los individuos humanos
dentro de un sistema de mercado en el que los valores son impuestos por quienes
detentan el poder y buscan perpetuarse en él.
4.
Tanto
los sistemas educativos como las reglamentaciones de la vida comunitaria
plantean visiones mentirosas y muy limitadas de la convivencia social,
entorpeciendo el florecimiento y avance de los procesos del desarrollo humano
como no sean para las tareas impuestas desde fuera.
5.
Esta
situación tiene a perpetuarse, a veces a través de un populismo mentiroso y
casi siempre a través de una intromisión excesiva en la vida de los individuos
y de las familias.
Ha sido la función de este pequeño
grupo descubrir las verdaderas causas de nuestro atraso económico, de nuestra
incapacidad de competir, tanto entre nosotros mismos como en otros escenarios,
causas que son de un atraso creciente en la mayor parte de la población de
México, medido en términos del progreso individual que lleva a los verdaderos
cambios creativos en las comunidades humanas. Estas consideraciones han sido
motivo de que el trabajo de nuestro equipo incluya conferencias, ensayos
escritos, transmisiones en podcast y
otros medios de difusión a los que tenemos acceso limitado.
Ahora aspiramos a presentar,
por lo tanto, una iniciativa general para las acciones de los diferentes grupos
profesionales y comunitarios a los que tenemos acceso, con el fin de abrir la
perspectiva del cambio a través de acciones individuales y grupales que no
dependan de intereses que no sean el humanismo que anima a nuestro grupo.
Podemos señalar un primer proyecto para conocer el escenario legal de nuestro
tiempo, con una primera propuesta.
ESTUDIO
JURÍDICO DE LA NIÑEZ Y LA ADOLESCENCIA EN MÉXICO
Justificación
A lo largo de los últimos sexenios
presidenciales, los niños y los adolescentes se han convertido nuevamente en el
foco de atención de gobernantes y gobernados. Se han presentado muchas
circunstancias de daño hacia ellos, de fuentes tan diversas como los mismos
miembros de la familia, los maestros y compañeros de escuela, los delincuentes
(narcomenudistas, compañeros de escuela llamados “bullies”) y no pocos agentes de la policía y fuerzas armadas. Lo
que era un cuestionamiento acerca de su entrada prematura al mercado laboral se
ha convertido en una sensación de escándalo cuando se refieren a la explotación
de niños y niñas en actividades laborales inapropiadas y destructivas, llegando
al punto de verlos como un objeto de explotación y de prostitución.
Por otra parte, se han ido
reiterando los resultados consistentemente pobres de un sistema educativo
basado en la memorización de datos y tristemente escaso en los ejercicios de
pensamiento secuencial, lógico y de reflexiones para solucionar problemas y
mucho menos de un ejercicio de creatividad creciente, aun en la población de
sobresalientes, que se expresaría con una formación educativa que la llevara a
metas más altas.
En este panorama de atención
concentrada en la población infanto-juvenil, en la que predomina el escándalo
por los excesos y por lo que no hay, por encima del entusiasmo que podría haber
en los estímulos reales de la educación, caemos nuevamente en la denuncia, en
la protesta, en la fantasía idealizada y en las iniciativas parciales que no
resultan ser más que parches en una llanta que ya no rueda hacia ninguna parte.
Objetivo
En este panorama de acciones legislativas,
dizque educativas, supuestamente judiciales y, según los discursos, generadoras
de cambios en el pacto social de este país, ya no se sabe, a nivel de
divulgación social, qué es lo que sí hay o no hay, qué es lo que se ejerce o impide,
y qué esfuerzos son los que están redituando
verdaderos cambios de lo informado a lo formativo y de lo dependiente a
lo independiente.
Por lo tanto, el primer
objetivo de este proyecto es realizar un estudio cuidadoso de las leyes y
reglamentos que abordan, protegen y ofrecen oportunidades a los niños y
adolescentes de este país para llevar a cabo las tareas de su desarrollo hacia
la realización de sus potenciales verdaderos.
Como corolario de este
objetivo principal, deberá hacerse un análisis crítico de los programas que se
deriven del objetivo principal, calificando con la mayor objetividad posible,
no sólo los resultados de los programas, sino las razones que los han hecho
triunfar o fracasar.
Programa
La agrupación Homofragilis es una
organización no-gubernamental formada por profesionistas destacados de
diferentes disciplinas, cuyos esfuerzos colectivos utilizan los considerables
conocimientos y la larga experiencia que tiene cada uno de los participantes, y
que han servido para plantear materiales de reflexión, iniciativas de acción y
evaluación de resultados en las distintas participaciones que, tanto en lo
personal como en lo colectivo, se han compartido con el público en general.
Esta agrupación tiene,
además, contactos con otros profesionales y sociedades gremiales, que
permitirían reunir tantos participantes como sea necesario para realizar los
objetivos señalados arriba. Homofragilis se puede constituir, por lo tanto, en
la coordinadora central de un programa de investigación social que finalmente
apunte hacia la divulgación de ideas y proyectos de los que el país puede
beneficiarse grandemente.
UNA
NUEVA CRUZADA
La
continuidad en la acción
No es posible que un solo grupo pueda
desarrollar acciones suficientes para recuperar la salud mental de nuestra población.
Lo que presentamos es una iniciativa que comienza con el estudio
interdisciplinario de la legislación existente que afecta a los niños y
adolescentes, labor al mismo tiempo de investigación académica y de divulgación
para procurar enriquecerla. Los siguientes pasos tendrán que ser, plantear la
acción de individuos y grupos en todos los ámbitos del país para acrecentar
gradual pero continuamente, la conciencia que cada individuo pueda tener de su
propio desarrollo.
Así nos damos cuenta, al
mirar a nuestro alrededor y observar las conductas establecidas, automáticas,
en la población en general, que podemos descubrir la enfermedad social que nos
aqueja, que está hecha de prejuicios que ejercemos sin pensar:
1. La
pobreza es obligatoria.
Por todas partes, hay grupos de población que se acogen a programas
gubernamentales y altruistas, provocan reacciones de culpa y reclaman la perpetuación
de la dádiva. Nadie pregunta a los receptores de docenas de estos programas,
qué aportan para dejar de ser pobres, hacia dónde va su desarrollo como
individuos y qué dan a cambio de lo que reciben. No se confronta a estos seres
humanos con la responsabilidad que tienen por sí mismos, ni se condiciona la
ayuda a la demostración, con hechos, de que quien recibe hace su parte para
crecer y desarrollarse con un plan concreto.
2. El
gobierno debe resolver todos los problemas. Aquí nos enfrentamos con que el gobierno no gobierna,
sino que aparece como la corporación victoriosa entre varios grupos de
vividores o pandilleros, cuyas prioridades son tres: mantenerse en el poder,
hacerse ricos empresarios y destruir a sus competidores. El cártel reinante no
es absoluto, por lo que tiene que funcionar en alianzas como se pueda. Lo demás
es “aventarle dinero” a los problemas, esconder las “transas” y llevar a cabo
propagandas, generalmente mentirosas, de lo que ellos suponen que es gobernar.
Por eso hay tantos programas y tan pocos resultados; por eso hay mucho alboroto
y poca sustancia en los programas; por eso los grandes núcleos de población
están alerta a cada dádiva nueva: no se les vaya a escapar la oportunidad.
3. La
comunicación social está a nuestro servicio. El enorme desarrollo de la comunicación electrónica es
visto como instancia favorecedora del desarrollo de los individuos y de los
grupos. En México, dadas las instancias de patología social señaladas arriba,
constituyen una nueva fuente de aturdimiento y de escape de la realidad. Hoy en
día, lo que sería una socialización facilitada por los medios, se ha convertido
en una falta de compromiso con la vida, para ser poco más que un escondedero
que favorece el temor al cambio y al compromiso, tanto para el desarrollo
individual como para el social. Además, manejado como mercadotecnia, forma
parte de negocios de crecimiento explosivo y manipulación a base de modas, o
bien de invasiones cada vez mayores de la privacidad.
La historia de cualquier
país está asentada sobre los procesos del desarrollo individual. Estamos
acostumbrados a que nos hablen de estadísticas y de proyectos de gobierno que
abarcan a miles o a millones de individuos. Las noticias y los pronunciamientos
políticos, comerciales, educativos, de salud y muchos otros, hacen del ser
humano una cifra o parte de un conglomerado amorfo en el que el individuo se
pierde. La comunicación social siempre deja de lado al individuo y lo
transforma en receptor de mensajes que prácticamente prohíben la conciencia de
sí mismo a través de las modas y modos que vende la mercadotecnia.
¿Y el ser humano como
individuo? Ya casi no es persona sino suscriptor, usuario o esclavo de un
sistema de poder frente al cual no caben los cuestionamientos, y mucho menos la
originalidad creativa, la determinación y forma de lo que el individuo quiere
dar a su vida.
En nuestras actividades como
grupo interdisciplinario, encontramos un común denominador: la búsqueda,
conservación y desarrollo de la persona humana como un individuo funcionante,
libre en su proceso de desarrollo para emprender los caminos que pueda abrir
para su vida, y digno del respeto de los demás en sus decisiones.
¿De qué proceso estamos
hablando? De lo que ocurre con cada ser humano desde la concepción hasta la
muerte. Sí, hasta la muerte. Todos los seres humanos tenemos la capacidad de
evolucionar (crecer, desarrollarnos) a lo largo de toda la vida, hasta que
enfrentamos la muerte como el desenlace de nuestra novela.
Nacemos con la herencia genética, que
nos ha el catálogo de capacidades que
hemos de desarrollar, si aprovechamos los estímulos y las oportunidades
que nos va dando el escenario de vida, nuestros padres, la salud física y
mental, y el entorno social, que provee también los instrumentos para crecer,
entender, desarrollar y ejercitar la vida. Desde el principio de la vida es
posible estimular al sujeto a que tome conciencia de su propio desarrollo.
Quien observa a los bebés puede
detectar sus maneras de expresarse desde las primeras semanas de vida. La
necesidad del contacto nutricio y protector de la madre les da estabilidad y
respuestas a todo lo largo del primer año de la vida. Así pueden establecer
relación con otras mamás, con papá como figura constante, con los hermanos y,
poco a poco, con otras figuras que habitan su mundo. El conocimiento de su
cuerpo le permite compararse con otros, y su manejo lo va llevando a querer
adquirir movimientos y destrezas para explorar un mundo que va creciendo de
tamaño y complejidad.
Comenzar a caminar, alrededor del año
de edad, abre las enormes posibilidades de que su mundo crezca, y que esté
lleno de sorpresas por explorar. Al mismo tiempo, hay que aprender a separarse,
a funcionar solo, a sentirse individuo, separado de los demás, aunque corra a
refugiarse con su mamá cuando le hace falta. La inquietud por moverse sin saber
de peligros, el lenguaje que comienza a funcionar con palabras y frases, la
expresión de sentimientos totales como risa, berrinches y pataletas, miedos,
tristezas, etcétera, van derivando a las interacciones con su propio cuerpo en
los intentos de control de esfínteres, o de personas, o de animales o de objetos
durante el segundo año de la vida.
Luego sigue el proceso de definir una
identidad sexual, que va tomando forma con los modelos que tiene a la mano. El
tercer año le dibuja al niño o a la niña las características masculinas y
femeninas que van siendo satisfactorias por felicitación o aversivas porque
alguien importante las reprueba. Ya hablan, se comunican y aprenden de todos
los intercambios con personas, animales y objetos inanimados, gracias a que la
fantasía les permite asignarles significados a cada persona, animal o cosa. El
niño o la niña se convierten en el centro de atención para sí mismos. Aprenden
a convivir en grupo, entrando y saliendo del contacto con otros.
La edad preescolar comienza la
sistematización de su funcionamiento social, el ejercicio de la memoria, la
curiosidad que lleva al aprendizaje, el pensamiento secuencial que permite
diferenciar causas y efectos y las diferentes motivaciones emocionales para
buscar el conocimiento. La fantasía les ayuda a plantear escenas concretas,
preguntas interminables y actividades exploratorias, incluyendo el ejercicio de
la sexualidad.
Cuando se llega a la edad escolar, ya
tienen los niños y las niñas una identidad de género establecida, junto con las
capacidades anteriores que se ponen en actividad: crecen, aprenden, ejercen sus
escalas de valores y saben sujetarse a las reglas para lograr metas concretas
del conocimiento y de la convivencia social. El crecimiento de sus cuerpos se
acompaña del desarrollo de agilidad, fuerza y destrezas en la medida en que se
les ofrecen las oportunidades de practicar, ser competentes y competir. Sus
razonamientos, con la ayuda de padres, madres, maestros y familia extendida o
amigos, van tomando forma hasta que, a los 9 ó 10 años, despegan con sus
propias capacidades de pensamiento abstracto y creatividad.
Con la llegada de la pubertad, la
reanudación del desarrollo sexual anatómico y fisiológico, se desencadenan
procesos de desarrollo rápido que superan frecuentemente la capacidad del niño
o de la niña para asimilarlos: su cuerpo crece rápidamente ocasionando periodos
de torpeza en sus movimientos; su cuerpo cambia de formas bajo la influencia de
los caracteres sexuales primarios y las hormonas, lo que resulta en las
características sexuales secundarias y en la presencia de impulsos de difícil
manejo; el pensamiento sufre, generalmente, una aceleración en sus secuencias,
dificultando los pasos del conocimiento; las emociones incluyen todo esto,
además de la necesidad de diferenciarse y separarse de las figuras parentales.
Todo este proceso del desarrollo,
llamado adolescencia, transcurre entre los 11 ó 12 y los 18 a 20 años de edad,
dependiendo de las capacidades de cada individuo para caminar en una recta de
cambios rápidos, la tolerancia de una familia que piense y permita este
transitar sin estorbar o sin exigir que el o la adolescente se parezcan a los
prejuicios establecidos. La tendencia a actuar sin pensar, los avances hacia el
razonamiento o los retrocesos a la nostalgia por lo infantil, se mezclan en
escenas que frecuentemente requieren de paciencia y comprensión, o de la
capacidad para no verlas como desafíos a la autoridad o pleitos en los que hay
que intervenir.
La segunda parte de la adolescencia,
la adolescencia mayor, se distingue porque a lo no deseado o descalificado se
contraponen alternativas reales y no sólo rebeldía; las relaciones de amigos
adquieren una cercanía más libre y menos posesiva; las relaciones amorosas
dejan de ser experimentos fugaces y se convierten
en el paradigma o modelo de la relación deseada mediante idealizaciones y
compromisos afectivos. Las exploraciones vocacionales pueden tomar forma para
planear y decidir un futuro deseado, o una identidad por lograrse, pues ya se
tiene conciencia de lo que cada uno quiere ser. Las preferencias éticas y
estéticas se consolidan y se convierten en funcionamiento autónomo en la
familia, en el grupo, en la sociedad y en el país. Todo forma parte de la
identidad que se tratará de ejercer en la edad adulta.
La edad adulta es otro camino por
recorrer. Lo que se ha ido desarrollando y definiendo, se comienza a ejercer y
a enriquecer con las experiencias de la adolescencia mayor y se sistematiza su
estudio de dos maneras:
1. Por
la edad. Se considera
adultez hasta los 40-45 años de edad, madurez hasta los 60-65 años, tercera
edad hasta los 75 años, vejez hasta los 85 años y ancianidad después de esta
edad. Se manejan estas cifras de acuerdo con las expectativas de vida, la
capacidad para el trabajo y la vida autónoma, y el ejercicio de funciones
laborales y sociales diferentes.
2. Por
la función social. Al
entrar a la edad adulta, se considera que el camino del desarrollo está en
términos de las funciones sociales: la carrera profesional y el inicio laboral,
la búsqueda y formación de la pareja, el inicio de la familia para la edad
adulta inicial. Se va complementando en la edad madura con los avances
laborales, económicos y sociales; se incluyen la educación de los hijos y la
reanudación del desarrollo de las madres que tuvieron hijos, aunque este
aspecto se asume a edades más tempranas, de acuerdo con la liberación de la
mujer y su influencia social creciente.
La tercera edad se distingue por la
llegada a metas económicas, laborales y jerárquicas. Se van diferenciando
funciones entre las ejecutivas y las organizativas o directivas y docentes,
complementadas con disminución de esfuerzo cotidiano, retorno a metas
pospuestas, jubilaciones, etc. Si hay salud, se siguen viendo personas
trabajando en esta etapa y aún en la siguiente.
La vejez puede seguir siendo una etapa
de desarrollo de conocimientos y destrezas nuevos, y debe planearse y vivirse
como un camino en el que se reúnen los conocimientos, la experiencia real y la
capacidad de guiar con juicio para ofrecer lo que se llama “sabiduría”. De
todas formas, se requiere que sea un camino en el que estos diferentes talentos
se sigan cultivando.
La experiencia clínica señala que la
ancianidad puede ser la continuación de la vida, en lugar de ser la espera de
la muerte. Si hay salud y lucidez, el anciano ejerce su percepción para
aprender, sigue requiriendo de actividad para conservarse y puede continuar
ofreciendo conocimientos, experiencia y juicio para quienes se benefician con
su sabiduría.
En cualquier momento de la vida es posible que el sujeto
se mire, se entienda y asuma su propio desarrollo para poder gobernar su vida.
En nuestras actividades como
grupo de estudio, exploramos la diversidad que hay en las teorías del
desarrollo y hasta intentamos redactar un comienzo descriptivo de este proceso,
pero la experiencia nos mostró que no es ése el problema: todas las teorías del
desarrollo científicamente sólidas tienden a lo mismo, a conocer el proceso de
llegar a ser lo que elegimos ser, con sus vicisitudes, facilitadores y
obstáculos. Lo que falta verdaderamente en muchos individuos, estadísticamente
una mayoría considerable de nuestra población, es tener conciencia de nuestra
evolución personal.
Esta función de tomar
conciencia de uno mismo es lo que hace la diferencia entre ser “cosa” y ser
persona en la vida de cada uno. Ser “cosa” es vivir sin pensar, sin tener
conciencia responsable del rumbo que lleva la propia vida, o sin diseñar la
persona que deseamos ser.
Y no se necesita un aparato
burocrático, o una agrupación específica, o que el gobierno regale conciencias
de cómo ser. Las comunidades mismas han tenido y siguen teniendo oportunidades,
escenarios y métodos para tomar conciencia y estimularla en otros. El grupo
nuestro, como otros muchos, ha tenido intervenciones profesionales y resultados
en diversos proyectos comunitarios.
Podemos dar ejemplos de
estas acciones comunitarias que han sido ensayadas y comprobadas en la
práctica. La visión que nos han dado, en nuestros afanes profesionales, la
propiciación y evaluación de estas acciones, nos permite ofrecer un surtido
amplio de ellas, que pueden ser asumidas por individuos o por grupos para
incluir la toma de conciencia, la propiciación y los estímulos para que los
mexicanos recuperen la conciencia de su desarrollo como personas y de las
acciones que le sirven para lograrlo.
Como ejemplos de estas experiencias podemos
citar las siguientes:
1. Las experiencias de psico-comunidad,
que a lo largo de los años han adquirido características especiales en una
nutrida y variada serie de proyectos de desarrollo comunitario que se han
realizado y que actualmente se llevan a cabo a lo largo y a lo ancho del país
por diferentes agencias oficiales y privadas, cada proyecto ahora tecnificado y
profesionalizado, casi siempre enfatizando la participación de todos.
2. La experiencia de haber formulado una
telenovela buscando dramatizar las experiencias de toma de conciencia y
estímulo para el desarrollo de los individuos. Esta telenovela llevó por nombre
“El Bicicletero” y su redacción y producción estuvo a cargo de un grupo de
psicólogos coordinados por la Lic. Lilia Cisneros.
3. La experiencia inicial de la
Asociación Mexicana de Psiquiatría Infantil, de haber ofrecido cursos sobre
desarrollo normal de niños y adolescentes a incontables grupos de maestros
durante varios años, apoyados por la publicación de dos libros, “Desarrollo
infantil normal” y “Adolescencia normal en México”, con los que tuvieron una
circulación mayor a los 15,000 ejemplares.
4. La incorporación de cursos sobre desarrollo
psicológico en las residencias de
pediatría, en los cursos de trabajo social psiquiátrico, y en las residencias
de psiquiatría general. Este esfuerzo no encontró eco cuando se intentó que
formara parte de los programas de educación médica de pregrado.
5. Asistimos algunos de nosotros a la
incorporación de esta toma de conciencia del desarrollo individual a través de
programas institucionales como los ofrecidos en las clínicas de adscripción al
IMSS y del ISSSTE, describiendo las tareas y los parámetros del desarrollo a
grupos, desde niños hasta derechohabientes de la tercera edad. Lo que se llamó
Psiquiatría Comunitaria ha llegado a ser Educación para la Salud, con
frecuencia refiriéndose al proceso de desarrollo de cada persona.
6. Hemos observado y asesorado a grupos
de organizaciones de servicio laicas y religiosas que han llevado a cabo
actividades tendientes a una toma de conciencia y estímulo del desarrollo
individual en toda clase de programas de servicio comunitario transitorio;
campamentos, retiros y otras actividades diversas.
7. Entre las actividades de Homofragil se
encuentran ya las presentaciones y divulgaciones de materiales de esta cruzada
en los medios sociales electrónicos. Lo mismo sucede con aquellas agrupaciones
profesionales que incluyen entre sus funciones la atención a estos procesos.
8. En muchas escuelas oficiales y
privadas, los programas de Escuela para Padres florecen y toman auge mientras
hay conciencia grupal de las asociaciones de padres de familia, convirtiéndose
en grupos de autoayuda, sobretodo, cuando hay que enfrentar problemas concretos
como “bullying”, las drogas o el
alcohol, o bien alguna otra manifestación de patología social.
LA
CRUZADA
Nuestro pequeño grupo propone una sencilla
cruzada: enseñar a aquellos individuos y grupos, con los que tenemos contacto,
a tomar conciencia de que cada persona recorre un camino de desarrollo; que
este desarrollo no depende de lo que se recibe, sino de lo que se emprende; que
la responsabilidad por la fortaleza o no del carácter para enfrentar la vida es
de cada persona; finalmente, que el destete, o el camino de la dependencia a la
independencia, puede doler, pero abre caminos a crear vidas nuevas para quien
tiene el valor de vivir la vida como ser autónomo.
La Cruzada que proponemos
intenta construir sobre las bases de lo que ya existe. Si nos fijamos, muchos
de los programas mencionados como nuestra experiencia siguen vigentes, y se
siguen creando. Lo que proponemos simplemente agrega un ingrediente de
conciencia individual para enriquecer lo social: cualquier programa de
enriquecimiento humano, llámese campaña contra el hambre, o becas, o desarrollo
comunitario, o escuelas, o comunidades religiosas, o sindicatos, o partidos
políticos, o “anarquistas”, pueden –y deben– incorporar el pensamiento claro de
que somos seres humanos en evolución, de que lo que hacemos es nuestra
responsabilidad y de que creamos nuestra propia existencia. Este mensaje
debería ser claro si las leyes se aplicaran en lo que eufemísticamente se llama
“estado de derecho”.
Introducir este parámetro de
conciencia del desarrollo es un paso de gran sencillez, pero terriblemente
difícil. Será necesario que vayamos mirándonos en nuestros espejos para
preguntarnos si sabemos a dónde vamos, como individuos, como familias, como mexicanos
y como parte de la aldea global. Cada uno diferente, pero respetable y
respetuoso de los demás, para darle forma nueva a nuestra historia, y
desatorarla de las imágenes inmóviles del pasado.
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