jueves, 8 de marzo de 2018

El Perseguidor desconocido de "13reasonsWhy"

Con el sello de Netflix como productora, circula una serie llamada 13 Razones “para matarme” que ha despertado el interés de los adolescentes y no pocas controversias entre los adultos. Trata de la descripción que hace Hannah Baker (la protagonista ya suicidada), de las personas y las situaciones en las que se vio involucrada con el grupo específico de sus compañeros preparatorianos en la escuela donde forman parte de una comunidad numerosa, que fue seleccionando para efectos de ese relato.
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Hannah deja el relato descrito desde su óptica en 13 audiocassettes, con que selecciona a una persona con la que la protagonista tuvo contacto específico. Así va describiendo los episodios de una convivencia con ellos y también con ellas, puestos en términos de una búsqueda angustiada de sentir su pertenencia, de sentirse escuchada, entendida y atendida. Siente y califica a cada uno de sus contactos como alguien que fracasó al reaccionar hacia ella como que no proveyó la respuesta esperada o deseada, hasta que se quedó Hannah sin alguien que, con su presencia resolvedora, evite que ella se suicide.
El largo camino que recorre, tratando de encontrar comprensión y pertenencia, va describiendo a los distintos personajes de su comunidad educativa, cada uno un ejemplo de patología adolescente que confronta al espectador con el fenómeno clínico de cómo en su grupo se escenificaron las conductas patológicas bajo la guisa de ser actuaciones adolescentes de poca importancia.
Este fenómeno grupal también ilustra cómo se van seleccionando a aquellos que sobresalen por logros reales, al igual que a los que buscan compensar carencias o traumas de sus vidas personales. Así inicialmente se pierde la perspectiva de lo que es normal y de lo que no lo es. Las descripciones de Hannah nos muestran lo que hay detrás de las conductas manifiestas, la angustia y el sufrimiento de los adolescentes en su proceso de desarrollo.
Este es el misterio no resuelto de lo que pasó con Hannah: ¿Dónde estaba la ayuda y la comprensión que ella necesitaba para no terminar con su vida? En cada ejemplo que ella pone, en cada personaje que describe, lo que resulta es un desencuentro con las personas-objetos con quienes se va poniendo en contacto, hasta que opta por la terminación de su vida.
La manera elegida por Hannah en Thirteen Reasons Why para describir su trayecto de la vida hacia la muerte es pues la descripción de un intento fallido de enlazar con una persona buscando una sensación de pertenencia —con ella o con él— y a través de esa persona, la pertenencia identificatoria con el grupo. No hay que olvidar dos cosas ligadas entre sí. Primero: los adolescentes requieren en momentos importantes de su etapa, que su persona, que su identidad y que su representación para sí mismos, sean las que comparten con el grupo al que pertenecen.  Y en segundo lugar: cuando esto no sucede, ocurre con frecuencia la sensación de no ser nadie o de no existir o de no saber quién es.
Esto era el núcleo de la angustia existencial que Hannah trataba de resolver con sus acercamientos a las personas o con sus conductas en el grupo con el que convivía en la escuela.
El medio que Hannah eligió para describir su sufrimiento y los fracasos de sus intentos por sobrevivir y definirse como persona, consistió en trece audiocassettesgrabados por ella. En cada uno, relata la experiencia de su acercamiento a la pertenencia al grupo a través de una relación específica y en momentos específicos de la convivencia tales como eventos, su asistencia sola o acompañada y de lo que sucedió como respuesta a su presencia allí. El hecho de que la existencia de estos cassettes fuera conocida por la comunidad escolar de manera póstuma, con poca información acerca de sus contenidos, generó una reacción de miedo persecutorio en los componentes de ese grupo de personas que, de alguna manera y en algún momento, fueron protagonistas de interacciones con Hannah.
Se desató entonces una huida emocional que pronto hizo del miedo el motor principal de la dinámica en el grupo.
La mayoría decidió que lo mejor era ignorar hasta la existencia misma de los cassettes y sus contenidos. Trataban de evitar que se mencionaran en sus conversaciones, sobretodo lejos de padres, consejeros o maestros; se hablaba de ellos —inevitablemente— en los pequeños grupos en los lugares privados y se desató la defensividad tratando de negar que existían los cassettes o que se conocía su contenido, o que tuvieran relevancia en la vida de esa comunidad.
Una reacción colectiva de esa magnitud hace del miedo casi un personajeque acecha a individuos y a grupos.
En el caso de esta serie, el miedo a ser descubierto como culpable en la motivación de Hannah para terminar con su vida parece dar vida a un fantasma que hace de quienes convivieron con ella, culpables de haberla orillado al suicidio. Las descripciones de esta persona central (Hannah Baker) parecen apuntar siempre al fracaso de sus intentos por hacer contacto con integrantes de este grupo escolar, de quienes Hannah esperó respuestas que no se dieron o agresiones que sí se dieron.
Finalmente, la serie desemboca en la circunstancia realista de que el caso se abre a la investigación policiaca y se producen las declaraciones de quienes conocieron o tuvieron contacto con Hannah. Se van disipando los nubarrones de la persecución temida, aunque los sentimientos de culpa persistan en varios personajes (con razón o sin ella) según sea el caso: por acusaciones explícitas de agresiones reales, por acusaciones implícitas de actitudes percibidas por Hannah o con sentimientos con los que se quedan algunos chicos, como sucede notablemente con Clay Jensen.
La experiencia clínica con individuos y con grupos, cuando ocurre una secuencia de eventos dolorosos y traumáticos como los que relata esta serie, ha comprobado que el abordaje terapéutico debe ser tan pronto como sea posible y tan abiertamente explorador de los contenidos dolorosos como lo toleren los afectados, de acuerdo con las normas técnicas que se sigan.
En el caso que nos ocupa, tanto el planteamiento de Hannah como la reacción defensiva, a nivel individual y a nivel grupal, hizo del miedo persecutorio un personaje casi real, interfiriendo con lo que la comunidad escolar podría haber hecho si se hubiera abierto la temática desde que surgió, a raíz del desafortunado final en la vida de Hannah.
La oportunidad de explorar las opiniones de adolescentes acerca de esta serie ha sido escasa y la mayoría de sus respuestas parece que ha sido de poca reactividad. Hace que uno se pregunte si el fantasma (miedo) de la culpa persecutoria pueda tener resonancias en parte, del posible auditorio joven (!).

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